sábado, 7 de mayo de 2016

EL BRINDIS


En el salón, a la luz de las velas, envuelto en la música de Chopin, lleno mi copa frente a otra vacía. Se dice que da mala suerte brindar si el otro no bebe, ya no digamos si ni siquiera está presente. ¡Se dicen tantas cosas! Por la ventana entra una brisa suave que mece las cortinas. En el jarrón suspiran seis rosas, una roja junto a cinco blancas. Como palomas, las manos de Valentina Lisitsa vuelan sobre el teclado. Los sutiles dedos de esta mujer no presionan las teclas, las acarician. ¿Recuerdas el nocturno nº 2? ¡Claro que lo recuerdas! Al que ya has olvidado es a mí. No te culpo.

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