martes, 2 de octubre de 2012

PAREJA


Se quedaron solos. Ella dijo algo que él no escuchó, y con la mirada puesta en la ventana, encendió un cigarrillo. Él hojeaba un libro. Ella trataba de hallar en el pasado el ancla de un recuerdo que la hiciera quedarse. -¿Te apetece un café? No hubo respuesta. Él dormía, o fingía dormir. La escuchó salir del dormitorio. Trató de imaginarla en la cocina removiendo cacharros o llorando. Ya se le pasará, démosle tiempo. Ella sacó su abrigo del armario, y escapó demacrada del espejo. Desde el largo pasillo, comprobó que todo estaba en orden en la casa; los objetos, los muebles, las cortinas, los retratos, las luces, las alfombras. Él entreabrió los ojos, pero no pudo ver la hora y se quedó dormido. Ella antes de marcharse lo miró largamente. Él, en ese momento, la soñaba a su lado. Ella dejó sus llaves en la mesa. Él, después de diez años, se sigue reprochando carecer de valor para buscarla. 




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